Trabajadores denuncian vaciamiento de Dánica en Llavallol
- Redacción
- 25 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Desde nuestra trinchera informativa, acompañamos la voz de los trabajadores en defensa de las y los empleos de Dánica SA, quienes hoy enfrentan el brutal intento de vaciamiento de su planta en Llavallol, Lomas de Zamora. Esta no es solo una fábrica; es el sustento de 150 familias y un motor económico para la comunidad. Sin embargo, la patronal Dorada SA, con maniobras calculadas, busca cerrar sus puertas y trasladar la producción a Córdoba.

¿El resultado? Despidos encubiertos bajo el disfraz de "retiros voluntarios", abandono de los protocolos de seguridad, y la angustia de quienes no solo ven peligrar sus trabajos, sino su dignidad.
En las últimas semanas, la empresa ha dejado vacíos puestos claves como el de Seguridad e Higiene, poniendo en riesgo la vida de sus trabajadores. ¿Qué hay detrás? Una operación descarada: están retirando mercadería, dejando de comprar insumos y, en un acto final de cinismo, preparando el traslado de maquinaria hacia Córdoba.
Ante este atropello, las y los trabajadores no se quedan callados. El Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA) ha llevado la denuncia al Ministerio de Trabajo, exigiendo que no se pierda ni un solo puesto de trabajo. Mientras tanto, en la planta, la decisión es clara: resistencia y lucha en defensa de cada compañero y compañera.
Cuando se cierran fábricas, se destruyen vidas
El vaciamiento de Dánica no es un caso aislado. Es parte de una política que prioriza el bolsillo de unos pocos sobre la vida de quienes hacen posible la producción. En un país donde cada puesto de trabajo vale oro, este tipo de maniobras no solo golpea a 150 familias, sino también a una comunidad entera que depende de esa planta.
Aquí no solo se produce margarina. Aquí se alimentan sueños, se paga la luz, se compran útiles escolares. Pero para los dueños de Dorada SA, parece que los números valen más que la gente.
Desde este espacio, nos ponemos del lado de las y los trabajadores de Dánica. Su pelea no es solo por su sustento, es por el futuro de un modelo de país donde el trabajo sea digno y esté protegido.
La resistencia es clara: no pasarán. Llavallol es tierra de obreros, no de vaciadores. Mientras haya una máquina en pie y una voluntad firme, no van a llevarse esta planta sin lucha.
¡Ni un puesto de trabajo menos! ¡Todo el apoyo a las y los trabajadores de Dánica!
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