Orlando Agüero: "En 2025 debemos desandar este camino"
- Conurbano Profundo
- 31 dic 2024
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El referente del Frente Popular Darío Santillán y la Mesa Popular Quilmes, Orlando Agüero, envió un comunicado en el que reflexiona sobre el año 2024, que califica como un período de deterioro social y político, y hace un llamado urgente a la acción para el 2025. En su mensaje, Agüero subraya las consecuencias de las políticas del gobierno de Javier Milei, las cuales, según él, promueven el odio y la división social, culminando en hechos como el asesinato de un trabajador en Navidad, a manos de un ex policía.

Con una crítica a la gestión actual de Javier Milei, Agüero plantea la necesidad de reconstruir una Argentina justa, inclusiva y solidaria, donde los trabajadores, jubilados, estudiantes y todos los sectores populares encuentren un lugar de pertenencia y esperanza. En su llamado a la acción para el próximo año, destaca la importancia de derrotar las políticas neoliberales y fascistas, y crear una alternativa política que represente las urgentes necesidades del pueblo.
A continuación el comunicado mensaje completo de Orlando Agüero:
"El 2024 fue un año miserable. Comenzó con Milei en el gobierno nacional, que, con motosierra en mano, recortó los derechos y la economía de quienes él caratula como 'la casta'. Es decir, trabajadores, jubiladxs, estudiantes, jóvenes, mujeres, derechos humanos, diversidades, clase media y sectores populares. Empezó mal y terminó peor. Sin embargo, el acontecimiento testigo del fin de año no fue un acto de gobierno, sino los efectos de sus políticas de odio en el seno de la sociedad. Este se expresó en el asesinato de un trabajador a manos de un ex policía retirado, por escuchar música fuerte en Navidad.
Vivimos la historia de un pueblo que lucha desde siempre por mejorar. Sin embargo, al compás de esos desafíos que permanentemente encarna el pueblo, éste empezó a expresar su cansancio. Un padecer histórico, soportando la avaricia de quienes se asumen como dueños de todo. A lo largo del siglo XX atravesamos numerosas dictaduras militares. También algunos gobiernos 'democráticos' controlados por las fuerzas armadas. Éstas representando al poder concentrado de nuestro país, que, lejos de mirar nuestras raíces, tienden a imitar a Europa y Estados Unidos.
En ese marco, los períodos en los que gobernó Juan Domingo Perón, hasta el día de hoy, no pudieron ser mejorados. La asunción del kirchnerismo, ya en este siglo y luego de una profunda crisis económica, política, social y cultural, produjo una serie de derechos de carácter popular que el actual gobierno está empecinado en desarticular.
Esta es la Argentina, dos países. Una de la burguesía exportadora de materia prima que pretende pagar salarios de miseria y sin ningún derecho, y que promueve enriquecerse cada día más. La otra, una patria de las y los de abajo, que anhelan construir un país con derechos para quienes trabajan, que cuide la soberanía, que mantenga una mejor relación con los bienes naturales reconociendo a los pueblos originarios, que sostenga una economía independiente y que el desarrollo industrial y tecnológico se postule bajo las normas de un país socialmente justo.
Quienes gobiernan hoy la Nación representan, sin mediaciones, a la clase dominante de la que hablábamos antes. Ésta, además de todas las medidas políticas antipopulares que despliega día tras día, se toma también el trabajo de contaminar al pueblo trabajador con su cultura individualista, egoísta, estigmatizadora de sectores sociales bajos, de falta de valores humanos y sobre todo de odio.
Esta imposición cultural e ideológica desplegada por el gobierno nacional, de la que son absolutamente cómplices los medios de comunicación hegemónicos, son los principales responsables y precursores del acontecimiento fatal ocurrido en Navidad. Estoy citando el asesinato del trabajador chofer de colectivos de unos cuarenta años a manos de un policía retirado de más de setenta, por escuchar música fuerte.
El policía transitó la pasada dictadura militar siendo un joven de entre 20 y 30 años. Sus ínfulas de controlador a mano armada y sentimiento de impunidad por pertenecer a una fuerza de seguridad, pudieron estar alimentadas por el accionar sangriento de los grupos de tareas del proceso de reorganización nacional. Seguramente, durante los primeros quince años del siglo XXI los tuvo bien guardados. Sin embargo, la imposición cultural e ideológica que realiza el gobierno nacional lo condimentó y lo empujó a hacer lo que siempre quiso (o hizo): Matar a quien le moleste y no lo obedezca.
El trabajador sufre la explotación permanente de la empresa y, en su poco descanso, quiso disfrutar con los suyos hasta el amanecer, tal como diría alguna canción popular. Además, ser chofer de colectivos formatea una personalidad muy especial, ya que debe conducir, atender el tránsito y soportar a los demás conductores de vehículos, los transeúntes y pasajeros. Seguramente no vivió o conoció poco y nada de la dictadura militar. Sin embargo, es muy probable que durante la década de los ’90 haya transitado su adolescencia y juventud. Mientras tanto, Carlos Menem era el presidente. Su brutal ajuste económico dejó más de cinco millones de trabajadores desocupados y desocupadas, atándonos a una dependencia con el FMI y el Banco Mundial que originaron una muy importante cantidad de levantamientos populares que le pusieron fin a ese avance del neoliberalismo. De todos modos, es justo señalar también que en ese período, producto de la destrucción de parte del Estado Nacional y la desocupación devastadora, se produjo un bolsón de pobreza estructural desde la cual quienes cayeron ahí nunca más pudieron salir (por lo menos del todo). Esa pobreza estructural, como era evidente, generó estragos en esa generación y en las posteriores, dando comienzo a un ciclo de marginalidad social, del cual no se hace fácil salir, sobre todo con permanentes ajustes económicos y la absoluta falta de fuentes de trabajo genuino. Esa marginalidad se extiende hasta hoy, en distintos grados según la generación. Las más recientes han sido las más perjudicadas, hablamos de prácticamente la tercera generación de aquella pobreza estructural originada por el menemismo. Sin embargo, la víctima de este caso es un trabajador, pero su actitud de 'No me importa nada' fue la marca que arrastraba de aquel perjuicio que sufrimos quienes en los ’90 fuimos damnificados por la desidia económica, el hambre y la desocupación. 'Ir para adelante aunque nos estén matando'. Debemos recordar que esta consigna no es aplicable para todos los casos.
Si continuamos por este camino, lo más probable es que ingresemos en un estadio de enfrentamiento de unos contra otros por problemas cotidianos, pero tan peligrosos que podría derivar en una virtual guerra civil. No es que los problemas de todos los días nos empujen a eso, sino que la imposición cultural e ideológica de odio que transmite el gobierno nacional desde sus principales medios de comunicación, abra una especie de caja de Pandora, desde donde salga lo peor de cada uno y de cada una, transformándose esta situación en una deriva incontrolable.
Es por eso que debemos desandar este camino. Es necesario construir una patria para todos y para todas. Hoy más que nunca es fundamental para el futuro del pueblo trabajador hacer los mayores esfuerzos por ponerle un final al gobierno nacional y a su política de una ideología neoliberal-fascista, empobrecedora de las mayorías y donde la contradicción Costo-Rentabilidad impere en el seno del pueblo. Debemos terminar con el odio hacia nuestros hermanos y hermanas de clase. Es preciso construir un nuevo mensaje, donde la lucha por amor al pueblo sea nuestro estandarte. La formación de un discurso estrictamente ligado a nuestras acciones, donde la corrupción en todo sentido sea desterrada para que esto genere nuevas expectativas entre los argentinos, las argentinas y todos los habitantes de la gran patria latinoamericana y del resto del planeta. Para que los ojos del mundo se posen en nuestro país como ejemplo de justicia social, de independencia económica y de soberanía política. Para esto debemos derrotar la política imperante en el gobierno nacional y a todos sus mensajeros. Tenemos que poner de pie una alternativa política que esté a la altura de las urgentes necesidades de nuestro pueblo. Tenemos que construir una fortaleza donde los trabajadores y las trabajadoras, los y las estudiantes, jubilados y jubiladas y todos los sectores que integran el campo popular se sientan referenciadxs. Esta es nuestra tarea y deseo para este año 2025. Chau 2024. Hasta Nunca Más.
Por un Año Nuevo con las Fuerzas Populares a disposición de todo el pueblo.
Orlando Agüero, referente del Frente Popular Darío Santillán y la Mesa Popular Quilmes.
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