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Milei quitó la bandera de Malvinas de Casa Rosada: entrega en marcha.

  • Foto del escritor: Nahuel Hidalgo
    Nahuel Hidalgo
  • 26 feb
  • 3 Min. de lectura

Por Nahuel Hidalgo


Desde el sentimiento más profundo de lucha por la reivindicación de nuestros símbolos patrios y la defensa irrenunciable de nuestra soberanía, expreso mi más enérgico rechazo a la decisión del gobierno de Javier Milei de retirar de la Casa Rosada la bandera argentina que flameó en las Islas Malvinas el 28 de septiembre de 1966, durante el histórico Operativo Cóndor. Este acto no solo es un desprecio hacia la memoria de aquellos jóvenes valientes que arriesgaron sus vidas por la patria, sino también una afrenta a los veteranos de guerra que combatieron en 1982, a quienes nunca se les reconoció como merecen y que hoy ven cómo se pretende borrar su lucha de la historia.

El Gobierno de Javier Milei sacó de la Casa Rosada la bandera argentina que, en septiembre de 1966, flameó en las Malvinas como consecuencia del aterrizaje en Puerto Argentino de un avión de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas, que fue desviado por un grupo de 18 jóvenes militantes. Este grupo, comprometido con la soberanía nacional, llevó adelante un acto reivindicatorio denominado Operativo Cóndor.


El 28 de septiembre de 1966, en la cancha de carreras de caballos donde aterrizó el Douglas DC-4 de Aerolíneas Argentinas, además de leer una proclama, los jóvenes dejaron una nota al gobierno colonial y desplegaron siete banderas de 2.5 x 1.5 metros. El Operativo Cóndor, tal como lo bautizaron, estuvo encabezado por Dardo Cabo, militante del peronismo nacionalista del Movimiento Nueva Argentina (MNA), e ideado por la periodista y militante María Cristina Verrier.

En total se desplegaron siete banderas que habían sido confeccionadas por la madre de María Cristina Verrier. Cinco se colgaron sobre el alambrado, la sexta fue enarbolada sobre el fuselaje del avión, y la séptima izada en un mástil improvisado en el lugar.


Luego de 48 años, las banderas volvieron a tomar relevancia cuando, el 2 de abril de 2014, los “cóndores” entregaron una de ellas a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta bandera fue luego emplazada en una vitrina dentro de las galerías del patio Malvinas Argentinas de la Casa Rosada, como un símbolo irrenunciable de nuestra soberanía.

Pero este no es un hecho aislado. Forma parte de una política sistemática de desmalvinización llevada adelante por este gobierno, que incluye:


Eliminación de las Islas Malvinas de mapas oficiales, minimizando el reclamo de soberanía y favoreciendo la narrativa británica.


Elogios a Margaret Thatcher, jefa del gobierno británico durante la guerra de 1982, lo que representa una humillación para los veteranos y sus familias.


Inacción ante la expansión británica en el Atlántico Sur, permitiendo el avance del Reino Unido sin emitir una respuesta diplomática contundente.


Política de "buen vecino" con el Reino Unido, priorizando las relaciones comerciales en lugar de la lucha por la soberanía.


Acuerdos que afectan la soberanía nacional, flexibilizando políticas que favorecen los intereses británicos en la región.


Política exterior subordinada a los intereses de potencias extranjeras, alejando al país de una defensa firme de sus derechos sobre las Malvinas.

No espero nada de este gobierno, que ha demostrado ser entreguista y funcional a los intereses extranjeros. Pero sí hago un llamado a los veteranos de guerra y al pueblo que aún siente las Malvinas como una causa nacional y tiene memoria histórica. No podemos permitir que avancen en este plan de olvido y claudicación. La lucha por la soberanía no terminó en 1982. Hoy, esa batalla se libra en la memoria, en la conciencia, en la firmeza con la que defendamos nuestra historia y nuestros símbolos.


Las Malvinas no son un recuerdo lejano ni un reclamo vacío. Son una causa viva, un compromiso irrenunciable con nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Y por más que intenten borrar nuestros símbolos, la convicción de los que seguimos en pie no podrá ser arrancada.


¡Las Malvinas son argentinas! ¡La soberanía no se negocia, se defiende!

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