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Mayra Mendoza y una fuerte crítica a un gobierno sin empatía

  • Foto del escritor: Nahuel Hidalgo
    Nahuel Hidalgo
  • 3 feb
  • 3 Min. de lectura

Por Nahuel Hidalgo


En un contexto social y económico marcado por la incertidumbre y la polarización, las palabras de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, durante la Marcha Federal LGBTIN+ Antifascista/Antirracista, suenan como un llamado a la reflexión colectiva. Mayra criticó la gestión del presidente Javier Milei, poniendo en evidencia una preocupación que trasciende lo político: la falta de sensibilidad como herramienta de gobierno. Las palabras de la intendenta invitan a pensar en qué tipo de sociedad estamos construyendo y qué valores queremos defender.

Mayra Mendoza en la Marcha Federal LGBTIN+
Mayra Mendoza en la Marcha Federal LGBTIN+

Mendoza calificó a Milei de "cruel" y lo acusó de querer someter al país bajo un manto de insensibilidad. Estas palabras no son meramente retóricas; reflejan una realidad palpable para muchos argentinos. La crueldad, en este sentido, no se limita a la falta de empatía, sino que se manifiesta en políticas que parecen ignorar el sufrimiento de quienes más necesitan del Estado. La intendenta, al mencionar su rol como madre, hermana, amiga y dirigente política, subrayó que la sensibilidad no es un atributo de género, sino una cualidad humana esencial. Y es aquí donde radica el núcleo de su crítica: la deshumanización de la política.


En un país donde la pobreza alcanza niveles alarmantes y la desigualdad se profundiza, la falta de sensibilidad en la gestión pública no es un tema menor. Mendoza señaló que, más allá del relato oficial, cada vez más argentinos caen por debajo de la línea de pobreza. Esta situación no solo es un problema económico, sino también ético. ¿Cómo se puede gobernar sin considerar el impacto humano de las decisiones políticas? La respuesta parece estar en la desconexión entre quienes ejercen el poder y quienes sufren sus consecuencias.


La Marcha Federal LGBTIN+ fue solo una manifestación por los derechos de la comunidad diversa, y un acto de resistencia frente a un discurso que, según Mayra, habilitaría el odio y la violencia. En este sentido, la intendenta destacó la importancia de la organización y la movilización pacífica como herramientas para reclamar lo que le corresponde al pueblo. Su llamado a la solidaridad y a la conciencia colectiva es un recordatorio de que la democracia no se construye desde la indiferencia, sino desde la participación activa y comprometida.


Sin embargo, más allá de las críticas a Milei, el discurso de Mendoza también plantea una pregunta incómoda: ¿qué responsabilidad tenemos como sociedad frente a la crueldad que denuncia? La insensibilidad no es exclusiva de un gobierno; es también un reflejo de una cultura que, en ocasiones, normaliza la exclusión y la indiferencia. Por eso, su llamado a involucrarse y no someterse es un desafío para todos. No basta con criticar; es necesario actuar, organizarse y construir alternativas que pongan en el centro la dignidad humana.


En definitiva, las palabras de Mayra Mendoza no solo son una crítica a la gestión de Milei, sino también una invitación a reflexionar sobre el tipo de país que queremos. Un país donde la sensibilidad no sea un lujo, sino un principio rector. Un país donde la crueldad no tenga cabida en la política ni en la vida cotidiana. Y, sobre todo, un país donde la solidaridad y la conciencia colectiva sean los pilares de un futuro más justo y humano. La pregunta que queda flotando en el aire es si estamos dispuestos a asumir ese desafío.


Reflexión sobre la nota de Grupo La Provincia

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