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Malvinas, la última carta: Un videojuego que educa 

  • Foto del escritor: Conurbano Profundo
    Conurbano Profundo
  • 5 jun 2024
  • 2 Min. de lectura

El lanzamiento del tráiler del videojuego "Malvinas, la última carta" ha causado un revuelo importante en las redes sociales, generando un debate acalorado sobre la idoneidad de utilizar el conflicto de Malvinas como temática de entretenimiento. Desarrollado por el estudio argentino El Burro Studio, este juego no solo es el primero en abordar la Guerra de Malvinas desde el ámbito del videojuego, sino que también plantea cuestiones profundas sobre la memoria histórica, la educación y el respeto hacia los excombatientes.



El videojuego se centra en la historia de un soldado de 18 años, el único sobreviviente de su batallón, quien debe proteger las últimas cartas escritas por sus compañeros caídos. A través de una perspectiva de acción y aventura en tercera persona, "Malvinas, la última carta" busca recrear las duras condiciones enfrentadas por los soldados argentinos durante la guerra, incluyendo no solo los enfrentamientos con las fuerzas británicas, sino también los retos impuestos por sus propios superiores y el inhóspito clima de las islas.


El tráiler del juego rápidamente se volvió viral, suscitando críticas y defensas apasionadas. Algunos usuarios denunciaron que la guerra no debería ser trivializada como un juego, argumentando que esto banaliza el sufrimiento de los soldados y sus familias. Por otro lado, los creadores del juego, liderados por Hernán Patané, defendieron su obra destacando su propósito educativo y de reflexión. "Buscamos que la gente se pregunte qué reconocimiento tienen los excombatientes", explicó Patané, quien también señaló que el proyecto fue precedido por una exhaustiva investigación, incluyendo entrevistas con veteranos de guerra.



Los propios excombatientes han ofrecido perspectivas variadas pero mayormente optimistas sobre el proyecto. Silvio Katz, veterano de guerra, considera que el videojuego puede ser útil siempre y cuando eduque a los jóvenes sobre la Guerra de Malvinas. José Luis Gómez, otro excombatiente, subrayó el potencial del juego para fomentar la reflexión sobre los horrores de la guerra. La autenticidad del juego se refleja en la recreación de eventos verídicos, como los ataques en Pradera del Ganso y el hundimiento de la fragata HMS Antelope, lo que añade un nivel de profundidad y realismo a la experiencia del jugador.


"Se suele asociar la palabra videojuego al entretenimiento", reflexiona Patané, pero sostiene que los videojuegos también pueden ser herramientas poderosas para la educación y la comprensión emocional. A diferencia de una película, que se consume de manera pasiva, un videojuego involucra al jugador en la toma de decisiones, promoviendo una conexión más profunda con los eventos y personajes representados. El objetivo de El Burro Studio es que los jugadores investiguen y aprendan sobre el conflicto de Malvinas y sus héroes, manteniendo viva la memoria histórica.



"Malvinas, la última carta" no es solo un videojuego, sino un vehículo para la educación y la reflexión. Al enfrentarnos a la crítica de que la guerra no debe ser un juego, es esencial recordar que los medios a través de los cuales se cuenta la historia pueden variar, pero el objetivo final sigue siendo el mismo: educar, recordar y honrar. Este videojuego tiene el potencial de llevar la historia de Malvinas a nuevas generaciones, de manera interactiva y emocionalmente resonante, asegurando que las lecciones y memorias de aquel conflicto no se desvanezcan con el tiempo.


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