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Grupos extranjeros se adueñan de 110 mil hectáreas en la Patagonia

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 10 mar
  • 2 Min. de lectura

Una reciente investigación del diario Tiempo Argentino reveló la creciente apropiación de tierras en la Patagonia argentina por parte de grupos extranjeros, principalmente capitales qataríes, británicos y emiratíes. En total, cuatro grupos internacionales han tomado el control de 110.000 hectáreas, un territorio equivalente a seis veces la Ciudad de Buenos Aires, abarcando planicies, montañas, bosques y ríos estratégicos.

El tramo de la Ruta Nacional 40 entre Bariloche y El Bolsón se ha convertido en un enclave clave de esta avanzada extranjera, donde grandes extensiones de tierra han sido transformadas en exclusivos refugios para millonarios, restringiendo el acceso a recursos naturales fundamentales y desplazando a comunidades locales y originarias.


Soberanía en peligro: entrega de tierras y complicidad política


Este proceso de extranjerización no solo vulnera la soberanía nacional, sino que también evidencia la subordinación del poder político ante intereses económicos foráneos. Según la investigación, la connivencia de funcionarios como el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck ha permitido el avance de proyectos que benefician a estos grupos, incluyendo la construcción de hidroeléctricas en tierras adquiridas por el emir de Qatar y la proliferación de urbanizaciones de lujo que violan las leyes nacionales.


La Ley de Tierras, que establece restricciones para la compra de tierras por parte de extranjeros, y la Ley de Bosques Nativos, que protege zonas de alto valor ambiental, han sido sistemáticamente ignoradas en favor de estos negocios. La financiación de grupos privados y la creación de organizaciones pseudoambientalistas vinculadas a figuras como Patricia Bullrich son parte de una estrategia para encubrir el despojo de recursos clave del país.


Riesgo para la seguridad nacional y el futuro de los recursos naturales


El control extranjero sobre vastos territorios no solo atenta contra la integridad territorial argentina, sino que también pone en riesgo el acceso a recursos hídricos esenciales. Muchas de estas tierras incluyen nacientes de ríos y reservas de agua dulce fundamentales para el ecosistema y la población. La privatización de estos espacios podría comprometer el abastecimiento de agua en el futuro, entregando a manos extranjeras un recurso estratégico que debería estar bajo control soberano.


Además, la creciente militarización de la región, con fuerzas privadas al servicio de los nuevos propietarios, agrava la situación y refuerza un modelo de ocupación que desplaza a las comunidades originarias y amenaza la estabilidad social.


La denuncia de Tiempo Argentino pone sobre la mesa una problemática que debe ser abordada con urgencia. La entrega indiscriminada de tierras a capitales extranjeros no solo compromete la soberanía y la seguridad nacional, sino que también hipoteca el futuro de los recursos naturales del país.


Es imperativo que el Estado recupere el control sobre estos territorios y establezca mecanismos efectivos para frenar este proceso de extranjerización. La lucha por la tierra es, en definitiva, la lucha por la patria y por el derecho de las futuras generaciones a un país soberano y con recursos protegidos para su desarrollo.

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