El Reino Unido acelera la explotación petrolera en Malvinas ante el silencio argentino
- Nahuel Hidalgo
- 25 mar
- 3 Min. de lectura
Con un giro en la política exterior de Milei, Londres avanza con el polémico proyecto "León Marino
Por Nahuel Hidalgo
El gobierno británico y sus socios energéticos están acelerando la exploración petrolera en las disputadas Islas Malvinas), aprovechando la falta de resistencia del nuevo gobierno libertario de Argentina.

El proyecto León Marino, operado por Harbour Energy, comenzará su fase de extracción a gran escala en la cuenca norte de las islas a fines de 2026, consolidando los esfuerzos del Reino Unido para asegurar su independencia energética. Pero el avance reaviva viejas tensiones sobre la soberanía del archipiélago, en un momento en que Argentina, bajo el mandato de Javier Milei, adopta una postura mucho más moderada que sus antecesores.

Una disputa histórica, un nuevo enfoque diplomático
Las Malvinas, un archipiélago remoto en el Atlántico Sur, han sido un punto de conflicto entre Argentina y el Reino Unido desde la ocupación británica en 1833. La disputa escaló en 1982 con la guerra de las Malvinas, donde la dictadura argentina invadió las islas, pero fue derrotada tras un conflicto que dejó cientos de muertos.
Desde entonces, Argentina ha insistido en su reclamo ante la ONU, donde en 2016 logró que un comité reconociera sus derechos sobre la plataforma continental extendida, que incluiría las aguas donde se desarrolla León Marino.
Sin embargo, bajo Milei, la política exterior argentina ha dado un giro radical. A diferencia de gobiernos anteriores—especialmente los kirchneristas, que bloquearon empresas petroleras y llevaron el reclamo a foros internacionales—, el actual presidente prioriza la liberalización económica y el acercamiento a potencias occidentales, incluido el Reino Unido.
León Marino: ¿Petróleo sobre aguas disputadas?
El yacimiento León Marino, descubierto en 2010, alberga unos 500 millones de barriles recuperables, con una producción estimada de 80.000 barriles diarios en su pico. Londres y las autoridades isleñas defienden que el proyecto generará empleo y crecimiento para los 3.500 habitantes del territorio.
Pero Argentina siempre sostuvo que la explotación de recursos sin su aval viola el derecho internacional. Gobiernos anteriores demandaron a empresas involucradas, presionaron en la ONU y hasta amenazaron con sanciones a compañías que operaran en la zona.
Ahora, sin embargo, Buenos Aires guarda silencio.
¿Una estrategia deliberada?
Analistas sugieren que el gobierno de Milei evita el conflicto para no espantar inversiones.
- Gabriel Bornstein, experto en energía del Wilson Center, explica: "Milei apuesta a la desregulación y al libre mercado. Cuestionar al Reino Unido por las Malvinas no encaja en su agenda económica."
- María Fernanda Cañás, analista geopolítica en Buenos Aires, advierte: "Si Argentina no reclama ahora, puede sentar un precedente que debilite su posición jurídica a futuro."
Mientras, el Reino Unido interpreta el silencio como una oportunidad. Un portavoz del Foreign Office declaró a The New York Times: "Los isleños tienen derecho a decidir su futuro, incluido el desarrollo económico. Apoyamos la inversión de Harbour Energy."
¿Qué sigue?
Aunque la tensión inmediata ha disminuido, las consecuencias a largo plazo son inciertas:
- Batallas legales: Argentina aún podría llevar el caso a la ONU o la Corte Internacional de Justicia.
- Malestar político: La oposición en Argentina acusa a Milei de "ceder soberanía" a cambio de acuerdos económicos.
- Impacto energético: Si tiene éxito, León Marino reduciría la dependencia británica del petróleo de Medio Oriente.
Por ahora, el petróleo malvinense fluye—y Argentina observa, en silencio.
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