El espejismo de un dólar barato y la realidad de los precios
- Redacción
- 16 dic 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 dic 2024
La aparente "espectacularidad" del fin de la brecha del dólar esconde una realidad mucho más compleja y dura para el bolsillo de los argentinos. Si bien la eliminación de la brecha cambiaria puede parecer un logro desde el punto de vista técnico, lo que realmente importa para la mayoría de la población es cuánto se puede comprar con ese dólar, y ahí es donde las cosas se complican.

En términos concretos, los precios de bienes esenciales han aumentado significativamente en dólares. Esto significa que el supuesto beneficio de un dólar "barato" no se traduce en una mejora en el poder adquisitivo de la gente. Por el contrario, con un dólar hoy se accede a menos leche, menos harina y menos alimentos básicos que en enero, el inicio del gobierno actual. El valor nominal del dólar puede haber bajado, pero el costo de vida en dólares ha subido, generando una paradoja que golpea especialmente a las clases trabajadoras.
Estos datos también revelan cómo la inflación, combinada con la devaluación controlada y los ajustes de precios, está repercutiendo negativamente en la economía cotidiana. Un aumento del 87% en dólares para un litro de leche, o del 27% para un kilo de arroz, pone en evidencia que no se trata solo de un problema cambiario, sino de una falta de control sobre los precios y un deterioro generalizado del poder adquisitivo.
En este contexto, es fundamental reflexionar sobre las prioridades económicas del gobierno actual y su impacto en la vida real de las personas. La política económica debe centrarse en garantizar estabilidad y poder adquisitivo, no en generar estadísticas que luzcan bien sobre el papel pero no se reflejen en la mesa de los hogares argentinos.
El desafío es claro: más allá de los índices y las cifras, la economía debe volver a tener como eje a las personas y su bienestar. De lo contrario, el fin de la brecha será recordado no como un avance, sino como un espejismo en un desierto inflacionario.
Comments