El avance del fascismo es una amenaza a la humanidad
- Nahuel Hidalgo
- 3 feb
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Por Nahuel Hidalgo
El año 2025 ha marcado un punto de inflexión en la lucha por los derechos civiles y la democracia en todo el mundo. El avance de la ultraderecha, que ya era preocupante en años anteriores, ha alcanzado niveles alarmantes, consolidando un escenario en el que las libertades fundamentales están bajo constante amenaza. Desde Europa hasta América, líderes y movimientos de extrema derecha han intensificado sus políticas excluyentes, xenófobas y autoritarias, generando un clima de tensión y polarización social sin precedentes. Este fenómeno no solo ha afectado a las comunidades más vulnerables, como migrantes, personas LGTB+, pueblos originarios y mujeres, sino que también ha puesto en jaque los pilares de la democracia liberal.

Alemania: la resistencia ciudadana frente al auge de la ultraderecha
En Alemania, la situación ha llegado a un punto crítico. A pesar de las masivas manifestaciones de 2023, donde cientos de miles de personas salieron a las calles bajo el lema "Proteger la democracia", la ultraderecha ha logrado consolidar su influencia en el panorama político. La Alternativa para Alemania (AfD), un partido con raíces abiertamente xenófobas y antiinmigración, ha ganado terreno en varios estados federados, aprovechando el descontento social y la crisis económica que persiste en el país.
En 2025, la AfD no solo ha aumentado su representación en el Bundestag, sino que ha logrado establecer alianzas estratégicas con sectores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), tradicionalmente un partido de centro-derecha. Esta colaboración ha permitido la implementación de políticas restrictivas en materia de migración y asilo, incluyendo la aprobación de una ley que criminaliza la ayuda humanitaria a migrantes indocumentados. Además, se han impulsado medidas que limitan el acceso a servicios básicos para las comunidades migrantes, creando un clima de hostilidad y exclusión.
Las protestas ciudadanas, aunque masivas, han enfrentado una represión cada vez más violenta por parte de las fuerzas de seguridad. En ciudades como Berlín, Hamburgo y Múnich, las manifestaciones son frecuentemente dispersadas con gas lacrimógeno y balas de goma, mientras que los líderes de movimientos sociales y defensores de derechos humanos son objeto de vigilancia y persecución. La sociedad alemana se encuentra profundamente dividida, y el fantasma del autoritarismo parece acechar cada vez más cerca.

América Latina: el giro autoritario de los gobiernos de ultraderecha
En América Latina, el panorama no es menos preocupante. La región, que ya había experimentado un giro hacia la derecha en años anteriores, ha visto cómo los gobiernos de ultraderecha han intensificado su retórica y acciones contra los derechos civiles. En Argentina, el gobierno de Javier Milei ha profundizado su agenda neoliberal y autoritaria, implementando políticas que han exacerbado la desigualdad y la pobreza.
Milei, conocido por su discurso de odio contra la comunidad LGTB+ y sus ataques a los opositores políticos, ha impulsado una serie de reformas que han desmantelado gran parte del Estado de bienestar. Los programas sociales han sido recortados, los derechos laborales han sido debilitados, y las protestas sociales son reprimidas con una violencia cada vez más desmedida. Además, su gobierno ha promovido leyes que restringen la libertad de expresión y criminalizan la disidencia, utilizando un lenguaje que estigmatiza a quienes se oponen a su gestión como "enemigos de la patria".

En Brasil, el legado de Jair Bolsonaro sigue vivo a través de sus aliados políticos, quienes han logrado mantener una influencia significativa en el Congreso y en las fuerzas de seguridad. Aunque Bolsonaro no ha regresado al poder, su ideología ha permeado en las instituciones, generando un ambiente hostil hacia las minorías y los defensores de derechos humanos. Los ataques contra las comunidades indígenas y afrodescendientes han aumentado, mientras que las políticas ambientales han sido desmanteladas, permitiendo la explotación descontrolada de los recursos naturales.
Estados Unidos: el regreso de Trump y la consolidación del autoritarismo
En Estados Unidos, el regreso de Donald Trump a la presidencia en 2024 ha marcado un retroceso dramático en materia de derechos civiles. Su segundo mandato ha estado caracterizado por una retórica aún más agresiva contra la inmigración, las minorías raciales y las comunidades LGTB+. Trump ha impulsado una serie de medidas que han restringido el acceso al asilo y han endurecido las políticas migratorias, incluyendo la construcción de nuevos muros fronterizos y la implementación de redadas masivas contra migrantes indocumentados.
Además, su gobierno ha promovido leyes que limitan la libertad de prensa y el derecho a la protesta, utilizando un discurso que estigmatiza a los medios de comunicación críticos como "enemigos del pueblo". Las manifestaciones contra las políticas de Trump son frecuentemente reprimidas con violencia, y los líderes de movimientos sociales son objeto de persecución judicial. La polarización en Estados Unidos ha alcanzado niveles históricos, y la democracia parece estar en un estado de constante asedio.

Europa: el ascenso de la ultraderecha y el retroceso de los derechos humanos
En Europa, el ascenso de la ultraderecha ha sido igualmente preocupante. En Italia, el gobierno de Giorgia Meloni ha consolidado su poder, implementando políticas que restringen los derechos de las minorías y promueven un nacionalismo excluyente. Meloni, quien ha tratado de distanciarse de su pasado fascista, ha mantenido una retórica xenófoba y ha impulsado medidas que criminalizan a los migrantes y limitan el acceso a servicios básicos para las comunidades vulnerables.
En Francia, el partido de Marine Le Pen ha ganado terreno en las elecciones regionales, mientras que en España, Vox ha logrado consolidarse como una fuerza política significativa. Estos partidos, aunque con diferencias en sus discursos, comparten una agenda común que busca restringir los derechos civiles y promover un modelo de sociedad excluyente y autoritario.
Conclusión: la resistencia como única esperanza
El año 2025 ha dejado en claro que el avance de la ultraderecha no es un fenómeno aislado, sino una tendencia global que amenaza con socavar los pilares de la democracia y los derechos humanos. Sin embargo, frente a este escenario desolador, la resistencia ciudadana sigue siendo una luz de esperanza. En Berlín, Buenos Aires, Washington y otras ciudades del mundo, miles de personas continúan levantándose para defender la democracia y los derechos civiles. La lucha por un futuro más justo e inclusivo es más necesaria que nunca, y solo a través de la solidaridad y la acción colectiva será posible contrarrestar el avance de la ultraderecha y proteger las libertades fundamentales.
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