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Censura y abuso de poder: la maniobra de Adorni para silenciar a Mila Zurbriggen en CABA

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 31 mar
  • 2 Min. de lectura

​La reciente denuncia de Mila Zurbriggen, candidata a legisladora porteña por el Frente Nueva Generación, contra el vocero presidencial y también candidato Manuel Adorni, trasciende el ámbito electoral y plantea serias preocupaciones sobre la salud de nuestra democracia. Zurbriggen acusa a Adorni de omitir deliberadamente su lista en las boletas oficiales distribuidas a la prensa, calificando esta acción como un intento de "invisibilizar" opciones críticas al oficialismo. ​



Este acto no solo refleja un posible abuso de autoridad por parte de Adorni, sino que también representa una afrenta directa a los principios democráticos que sustentan nuestra sociedad. La democracia se nutre de la pluralidad de voces y opciones; cualquier intento de silenciar o marginar a las disidencias atenta contra su esencia misma.​


No es la primera vez que surgen denuncias de prácticas cuestionables en el entorno de La Libertad Avanza. En 2023, figuras como Juan Carlos Blumberg y la propia Zurbriggen señalaron irregularidades en la selección de candidaturas, sugiriendo una cultura de manipulación y falta de transparencia dentro del partido. ​


La actitud de Adorni al intentar silenciar a una exintegrante de su espacio político evidencia una intolerancia hacia la crítica y la disidencia. Esta postura es especialmente alarmante cuando proviene de alguien que ocupa un rol central en la comunicación del gobierno. La función de un vocero presidencial debería ser la de promover la transparencia y el diálogo, no la de censurar voces opositoras.​



Además, las recientes iniciativas del gobierno para controlar y limitar la labor periodística, como la implementación de un "botón muteador" en las conferencias de prensa y la propuesta de un "Gran Hermano periodístico" donde el público elija qué periodistas pueden participar, refuerzan la percepción de un poder que busca acallar las críticas en lugar de enfrentarlas con argumentos. ​


La democracia argentina ha sido construida y fortalecida gracias al esfuerzo de generaciones que lucharon por la libertad de expresión y la participación plural. Intentos de censura, ya sea hacia candidatos opositores o hacia la prensa independiente, representan un retroceso peligroso que no podemos permitir.​


Es fundamental que las autoridades electorales y judiciales investiguen a fondo estas denuncias y garanticen condiciones equitativas para todos los participantes en el proceso electoral. Solo así podremos asegurar una democracia robusta donde todas las voces, incluso las críticas, tengan su lugar y sean escuchadas.​


En momentos donde la tentación autoritaria parece resurgir, es responsabilidad de la ciudadanía y de las instituciones defender con firmeza los valores democráticos. La pluralidad, la transparencia y el respeto por la disidencia no son solo ideales; son pilares indispensables para una sociedad justa y libre.​


La denuncia de Zurbriggen debe servir como una llamada de atención sobre los riesgos que enfrenta nuestra democracia cuando quienes ostentan el poder buscan silenciar a quienes piensan diferente. Es momento de reafirmar nuestro compromiso con la libertad y la participación de todos en la construcción del futuro de nuestro país.



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